5 de junio de 2011

Una de piratas


Ana a veces tiene buenas ideas, y no sólo eso, sino que sabe vendértelas. Ando yo tristona estos días, y ella apareció para tentarme: “va, venga, vente a casa a ver una peli”. Silencio. “Va, venga, una de Hitchcock”. Empiezo a dudar. “Va, venga, una de Hitchcock y piratas”. Ahí me rindo, hay que reconocer que suena apetecible. Así que hago caso a Ana y me dispongo a ver qué nos cuenta el bueno de Alfred en la última película que filmó en su Inglaterra natal, La Posada de Jamaica (1939). ¿Y qué me encuentro? Pocos piratas y mucho Hitchcock, el inconfundible, bordeando el género de aventuras pero fiel a lo que nos tiene acostumbrados, véase una trama ágil, mala leche, humor negro, y una mujer de belleza apabullante, Maureen O’Hara, haciendo una vez más de irlandesa indomable.


El GRAN Charles Laughton interpreta a Sir Humphrey, un gobernador megalómano que da los chivatazos al jefe de los piratas sobre los barcos más suculentos. No solo es malo, sino que está como una cabra. He de decir que a la heroína, la despampanante Maureen O'Hara, no le hace mucha justicia el galán que le tocó en el reparto, Robert Newton, personaje un tanto deslucido por, entre otras cosas, su flagrante parecido con Harpo Marx, y si no juzguen ustedes la siguiente fotografía. ¿No lo están viendo con una peluca de rizos y una bocina?. En cuanto a  los secundarios, mención especial para el mayordomo, Chadwick, y ya tenemos todos los ingredientes para pasar un rato agradable.

Corre, Maureen, que no noten que me parezco a Harpo Marx


He leído por ahí que La posada de Jamaica está considerada por los expertos como una de las peores películas del maestro del suspense. Para nosotros, gente sin criterio, se trata de una entretenidísima peli de San Alfred Hitchcock, que Dios lo tenga en su gloria rodeado de rubias gélidas. Que la disfruten.

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